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Unamuno y Machado dos pilares fundamentales en el pensamiento del siglo XX. se encontraron ayer en el museo.

El periodista Alberto López de Echevarrieta presentó al conferenciante Pablo Zapata no sólo elogiando su labor como docente y escritor, si no como un gran seductor de la palabra y así lo pudieron constatar los 120 asistentes que se encontraban ayer en la sala del Consulado del museo.


Los conocimientos del ponente sobre las dos notables figuras, Unamuno y Machado, quedaron patentes a lo largo del repaso de sus trayectorias vitales. Arrancó, primeramente, con una semblanza de los dos autores desde su nacimiento hasta el advenimiento de la Guerra Civil, nos habló del temperamental Unamuno, de su mundo ordenado, de su familia y del profesional brillante y reconocido públicamente que fue, frente  a un Machado humilde, de vida errante y solitaria.

No faltaron las anécdotas como la contada por Salomé, nieta de Unamuno, al mismo Zapata, cuando preguntada la esposa de Unamuno, Concha, cómo se podía convivir con alguien tan ilustre, un pensador que hablaba doce lenguas, su respuesta algo jocosa fue “ Ay, Ay, qué tontos son los sabios”

De Machado comentó su sencillez,  su gran  amor por su mujer Leonor, visible en una emocionante carta escrita en su madurez y que Pablo Zapata la leyó con voz intensa.

En su segunda parte habló de cómo iniciaron ambos su amistad y admiración mutua y que a pesar de sus diferentes personalidades o quizás gracias a ello lograron  aprender el  uno del otro.  Asimismo, les unió en la búsqueda personal de respuestas a los grandes temas existenciales que dirigen el pensamiento y la obra de ambos: el hombre, la patria y Dios.

Al final Zapata nos dejó con una idea clara, que tanto Unamuno como Machado fueron dos grandes poetas y dos hombres fieles a sus ideas en todo momento.

No podemos dejar de mencionar otra aportación a la charla, la oportunidad de oír la voz original  de Unamuno recitando con aires de nostalgia un poema,  tomando el río Duero como inspiración poética: “Arlanzón, Carrión, Tormes, Pisuerga, Águeda, mi Duero/ ligrimos, lánguidos, íntimos, /espejando claros cielos/abrevando pardos campos/susurrando romanceros…

Una magnifica conferencia y un público entregado.

Gracias a todos.